Hoy en día, la calidad del aire interior en centros educativos es básica para el bienestar de los alumnos que se encuentran en sus aulas, dado que es un componente fundamental para contribuir a un ambiente saludable y ayuda a los centros educativos a alcanzar su objetivo principal de educar a los niños. En España, está vigente el RITE, Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, del Real Decreto 1027/2007, que obliga a que las aulas de enseñanza cumplan unas normas básicas de ventilación y de calidad del aire interior. Es decir, debido a dicha ley las aulas tienen la obligación de contar con un sistema de ventilación que garantice los niveles de calidad de aire exigidos, y aporte la necesaria cantidad de aire exterior con el fin de evitar que se formen concentraciones de contaminantes.
No obstante, a pesar de dicha legislación, cabe destacar que en los centros educativos de nuestro país carecen de planes específicos de control de la calidad de aire. Tal y como indica el informe de la ONG HEAL, Health and Environment Alliance, titulado “Aire sano, infancia más sana” publicado en junio del 2019, la calidad del aire dentro y fuera de los colegios de educación primaria no protege la salud de los niños ni garantiza un aprendizaje óptimo, lo que muchas veces da lugar que el aire transmita asmas, rinitis, alergias y propaga virus, etc.
Asimismo, cabe destacar que la contaminación influye a los niños desde sus primeros años de vida, empezando en el embarazo. Por ello, es fundamental invertir en la salud de los niños mediante acciones para mejorar su entorno y reducir su exposición a contaminantes, ya que al fin y al cabo son los más vulnerables y sensibles a la influencia medioambiental en sus primeros años.
Ante este problema, se han propuesto varios sistemas de ventilación y purificación con el fin de mejorar la calidad de aire de los colegios como son SIAV Y SIHEPA. Estos sistemas consiguen que la generación de un flujo de aire se remueva y circule por las aulas, es decir, contribuyen a mejorar la calidad del aire interior filtrando los contaminantes en las aulas donde actúan, creando una sobrepresión para garantizar la no introducción de aire contaminado de zonas adyacentes.
Fuente: NOBBOT.